La gente haría cualquier cosa para fingir que la magia no existe, incluso cuando la tienen delante de las narices.” Tuve que aprender los hechizos malos para que los buenos pudieran lograrse, pero no para usarlos nunca a mi favor, el síndrome del mago urbano lo intoxica, lo aleja de lo orgánico y del verdadero poder del monte… El poder del monte no lo puedes comprar, no está en una botánica, ese poder está lejos, está en la soledad del pacto y en el sacrificio del aprendizaje lento.
Hoy estoy lejos, trate de grabar mi conversación con los espíritus y la evocación de las fuerzas, por una extraña razón mi teléfono no grabó, y algo tomo está foto como evidencia de que aquello que permanece en silencio no quiere ser delatado.
Buenos días!