Lo más importante en la vida de un creyente de cualquier religión es estar involucrado en el proceso de madurez espiritual. El crecimiento espiritual es fundamental para la vida de un creyente, al igual que el crecimiento físico es fundamental para la vida de una persona. Sería algo muy trágico para un Aleyo o creyente que permaneciera en un estado de infancia espiritual durante toda su vida, y lamentablemente, eso es exactamente lo que sucede en muchos casos. Las casas religiosas, iles, nzos de palo, están llenas de personas que en realidad nunca han crecido espiritualmente. A estos individuos parece no importarles estar progresando espiritualmente y ser de mayor utilidad a Olodumare a Nzambia, siendo sus representantes en este mundo, mostrando su madurez como creyentes.
Desde el punto de vista teológico
Todo creyente debe pasar por 3 etapas en su caminar en la fe.
Etapa 0 (cero) – Muertos en vida:
Esta etapa es en la que estamos viviendo sin Los Mpungos, Sin los Orishas. Estamos muertos en nuestros delitos y pecados.
Etapa 1 – Una nueva vida:
En esta etapa todo es nuevo para nosotros, principalmente conocer a unas reglas una nueva firma de comunicación con Dios. No sabemos de rezos, no conocemos la plegaria, simplemente nos iniciamos.
Etapa 2 – Seguidor de la Fe:
En esta etapa se encuentra la mayoría, incluso de aquellos iniciados como religiosos, siguen la fe, simplemente están.
Etapa 3 – Discípulo de la fe:
Esta es la etapa de la madurez, y es a la etapa que todos debemos llegar. Nos hacemos mas dependientes de Dios, los Orishas o Mpungos, y no nos dejamos llevar por ninguna corriente. El discípulo se afirma en la religión, procura aplicarla a su vida antes de enseñarla para predicar con autoridad y buen testimonio. No piensa en si mismo, piensa en los demás.
Ahora te pregunto ¿En cuál etapa estás tu‽
He visto Babalawos en la etapa 0, Santeros que apenas están en la Etapa 1 y hasta Tata y Espiritistas, en la etapa 2 (simplemente están)
Conozco aleyos que apenas con sus guerreros, sus collares o su sola bóveda espiritual, alcanzan la etapa 3.
Me voy con esta expresión. “El hábito no hace al monje”