¿Por qué andamos descalzos en ceremonias espirituales?

Una de las razones por la cuáles debes consultar descalzo no es porque a los espíritus no le gustan los zapatos.

Si nos fijamos hay muchas manifestaciones espirituales en donde se va descalzo. Quizá la más conocida sea la de los fieles musulmanes que antes de entrar en las mezquitas dejan fuera sus zapatos, pero también se produce un fenómeno parecido en las meditaciones budistas, donde los practicantes van descalzos siempre, e incluso podemos ver que en la religión cristiana hay órdenes de monjes que hacen voto de ir sin zapatos, los famosos carmelitas descalzos por ejemplo. Vaya que creencias tan dispares, cultos tan diferentes en la forma y distancia hacen lo mismo referido a la necesidad de llevar el pie desnudo, y ante tal hecho se pregunta uno el porqué.

hablar de que se va descalzo para captar la energía de la tierra puede ser, pero personalmente no me resulta convincente.

“Es el que así puede fluir mejor la captación de la energía de la madre tierra” A esta argumentación, sin por supuesto negarla totalmente, cabe hacer varias matizaciones.

En primer lugar si allí donde nos descalzamos no es en la tierra sino por ejemplo en una superficie de cemento, en una lona de plástico o cualquier otra superficie que no sea natural, energía de la tierra no creo se pueda captar mucha.

En segundo lugar está el hecho de la temperatura. Si al estar descalzos tenemos frío por más que estemos en un lugar de profundas energías telúricas no creo podamos sentirlas demasiado pues nuestro cuerpo tenderá a dar prioridad a cubrirse de la sensación del frío. A mi modesto entender toda relajación, meditación, canalización, conexión con otros planos etc., no puede darse realmente si no estamos cómodos, físicamente cómodos, y el frío es molesto, a menos que sea usted capaz de dominar sus sentidos, en cuyo caso le felicito, pero ni yo ni muchos de los que leen estas líneas somos capaces de ello.


En resumen: hablar de que se va descalzo para captar la energía de la tierra puede ser, pero personalmente no me resulta convincente.


Investigando la cuestión más a fondo hay que ir a ver el simbolismo del zapato y bien, el zapato es símbolo de PROPIEDAD, de algo unido a uno mismo, de ego en definitiva.


Dicho esto así puede sonar un tanto raro y cómo que sea un invento nuestro por lo tanto vamos a ver ejemplos.


En la Biblia, concretamente en Deuteronomio 25, 9 – 10, como gran reprimenda se dice


“se acercará entonces su cuñada a él delante de los ancianos, y le quitará el calzado del pie, y le escupirá en el rostro, y hablará y dirá: Así será hecho al varón que no quiere edificar la casa de su hermano. 10 Y se le dará este nombre en Israel: La casa del descalzado”.


Vaya que una persona a la que se le quitan los zapatos no es nadie, se le escupe a la cara y recibe el desprecio total por parte de los ancianos, entonces la máxima jerarquía. Perder los zapatos es como perderlo todo, se le quita el derecho se ser uno mismo.


En el antiguo Israel era costumbre para ratificar un pacto que una de las partes se sacara la sandalia y se la ofreciera a la otra parte, una cesión de propiedad en definitiva.

Entonces ¿Por qué?

Yéndonos a culturas diferentes, en #Marruecos es tradición (o era pues con esto de la globalización se pierden las costumbres) que el extranjero entrase a las tiendas o casas de los huéspedes descalzo, mostrando de esta manera que no tenía afán de propiedad alguna.

El ejemplo más claro lo tenemos en nuestros días con los regalos de los Reyes Magos por Navidad. Los niños ponen sus zapatos a la espera de regalos. Estamos de nuevo en la idea de MI zapato para MIS regalos. La idea del calcetín, que en otros países se usa para recibir los regalos en el árbol, posiblemente sea una derivación del dejar los zapatos.


En consecuencia, y aquí viene lo importante, el motivo por el cual se descalza uno en las situaciones en que quiere conectarse con los planos espirituales, ya sea en una mezquita, en una meditación o en un curso, es para indicar a las Entidades Superiores, (llamese Alá, Buda, Ángeles …) que no somos nada, que no tenemos propiedad ni ego que reivindicar, que somos „mansos de corazón“ y que mostramos esa humildad en el hecho de descalzarnos.

Dios te bendiga!

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