Hace algún tiempo me escribió una lectora para preguntarme cómo podía conocer la voluntad de los santos en su vida, cuál es la voluntad de Olofi en cada momento de su vida. Recuerdo que le respondí que la primera voluntad de Olofin, Olofin y Olodumare es que hagamos el bien y evitemos mal y que por eso mismo había depositado en lo más profundo de nuestra conciencia #Ori esa ley interior que nos invita buscar esos objetivos en cada uno de nuestros actos.
Parece que hay una cierta incapacidad de vivir sin imágenes, sin sonidos; parece que se tiene miedo al silencio, miedo, en definitiva, a los #Orishas Miedo a escucharle y dejarle ser protagonista en nuestra vida. Parece que todo se lo dejamos al #ITA.
Pero quizá lo más grave de todo es ese dato de hecho que parece ya irreversible, esa renuncia al silencio plasmada manifestada en la plaga del uso innecesario de teléfonos móviles que sólo por moda se van adquiriendo, al ruido permanente de un tambor ruidoso que más bien se da por farándula que por ebbó.
Y ante todo ese panorama puede nacer la pregunta: ¿hay algo que hacer?
Si busca el silencio: silencio de los ojos que invita a ver lo que necesariamente se debe ver y no lo que pueda robarnos la paz y causar un desasosiego que distraiga la atención de lo esencial. Silencio de los oídos que nos motive a prescindir de la música para poder estar atentos a esa sonora voz que quiere retumbar en nuestro ser y orientar hacia el bien, hacia el conocimiento de su voluntad.
Que mi padre #Inle me los cuide!
Si tienes un chance ve al río, mar o montaña prende un tabaco y pide.
Pero en silencio.