Como nos ha pegado ésta #cuarentena, un amigo que está encerrado en una mansión en #NuevaAndalucia me dice que está infeliz, otra amiga que vive en #playaelyaque me dice que está infeliz…. Probablemente el concepto de felicidad de mi amigo Íñigo está en: levantarse por la mañana de buen humor, desayunas, te despides de tu mujer le dejas una TDC y te vas a trabajar. Llegas al negocio y un compañero con el que te llevas regular esquiva tu mirada cuando entras y se pone a hablar con otro. ¡Un montón de pensamientos se juntan en tu cabeza! ¿Estarán hablando de mí? ¿Me estarán criticando? y lo que es peor tienes que compartir un juego de #golf hipócrita, con esos, pues son tus socios! Arrastrarás ese peo hasta tu casa.
O tu Karen, Te levantas feliz porque al fin has podido tener 2 alumnos en tu escuela de #kitesurf después que abandonaste tu trabajo de ingeniero, pero en tu cabeza escuchas a tu familia y excolegas, Criticándoteque a ti por la decisión que tomaste de hacer eso que te gusta tanto y no te da #dinero aún, Tu día se ha estropeado.
Amigos, les díje que respondería aquí en post:
Solo quienes tienen una razón para vivir, un sentido por el cual dar todo de sí, alcanzan la felicidad. Esto tiene que ver con el amor, con vivir para otros, con entregarse y no tanto con pensar en pasarlo bien. Las personas más felices son personas que incluso en situaciones de gran sufrimiento, pueden sobreponerse y encontrarle sentido a su existencia.
Quienes no viven por vivir, sino que toman las riendas de su vida. Personas que nos parecen excepcionales, lo son, porque en realidad viven con sentido, porque son realmente felices.
Tal vez no debamos preguntar a las personas si son “felices”, porque la palabra ha sido demasiado malgastada y abusada, incluso se la asocia muchas veces a un estado ideal e inalcanzable.
Tal vez l sea más claro preguntar: ¿Tiene sentido tu vida? ¿Cuál es la razón por la que vives? ¿Cuál es la finalidad de la vida? Allí encontraremos la respuesta a qué entendemos existencialmente por ser felices. Para mi la respuesta está en salir de uno mismo al encuentro de lo que nos trasciende.
Aprovecha la infelicidad del encierro y se feliz.