Que desee vivir y morir a un tiempo; morir como Tus santos Apóstoles, como Tus viejos Profetas, para llegar a Ti; vivir como Tus abnegados Misioneros, como Tus antiguos Cruzados, para luchar por Ti; te pido, Señor, que mi cuerpo sepa sufrir con la sonrisa en los labios; como sufrían Tus mártires, Señor.
Concédeme, oh Rey de las victorias, el perdón por mi soberbia; quise ser el Soldado más valiente de mi Ejército, el más amante de mi Patria; perdona mi orgullo, Señor.
Te lo ruego por mis horas en vela, el fusil y el oído atentos a los ruidos de la noche; te lo pido por mi guardia constante en el amanecer de cada día; por mis jornadas de sed y de hambre, de fatigas y de dolor.
Si lo alcanzo, ya mi sangre puede correr con júbilo por los campos de la batalla y mi alma puede subir tranquila a gozarte en el tiempo sin tiempo de Tu Eternidad.
Que mis enemigos sean fuertes y bravos para que yo no sienta remordimiento al derrotarlos