Considerando el evidente cambio de prioridades que estamos viviendo y que ha desplazado el consumo de necesidades espirituales a un lugar diferente en la mente de las personas, pocas veces como ahora las religiones se han enfrentado a la necesidad de comunicar con más énfasis sus valores, empatizar con las audiencias y mostrar su lado más humano y más cercano.
Está claro que los padrinos, ahora más que nunca, están expuestos a sus ahijados, potenciales fieles y potenciales detractores. Toca jugar con valores, con coherencia y con empatía. Toca hacer bueno el propósito de la fe. Toca conectar con nuestros valores de casa religiosa y con el pueblo religioso, escuchar y entender las innumerables emociones que está provocando esta crisis… No hay tiempo para ebboses, nsara y mucho menos para tambores o cajones, Las cabezas y los ánimos de todos están ahora mismo concentrados en superar esta situación lo antes posible y recuperar poco a poco la normalidad… Mi humilde consejo, a los padrinos.
Olorun Awe.