Según Swami, “igual que un líder nada tiene que ver con un tirano, si no te conoces a ti mismo (si no hay autodominio emocional y mental), difícilmente podrás ser dueño de ti mismo y el único poder que ejercerás será a través de la fuerza, la violencia, la manipulación o la demagogia. ¡Qué gran pérdida no salvarse de sí mismo!”.
“Agradeciendo cada oportunidad, podrás aprender y por tanto, diferenciarte. Si no hay diferencia no hay marketing. La información es poder, pero más aún el conocimiento”, asegura el maestro que, en el trabajo, recomienda dejar siempre la soberbia a un lado.
“Adjudicarte los triunfos ajenos es propio de mezquinos y de los que poco futuro tienen”
Para el coach, “quien habla poco nos permite tener nuestra libertad de consciencia para averiguar la verdad mediante la reflexión y la introspección”; mientras que quien consigue convencer sólo mediante la dialéctica, con engaños, gana “una batalla, pero nunca la guerra”.
“No vayas contra lo justo para conseguir el elogio de los demás”
La envidia es contraproducente, según Kurmarajadasa: “Adjudicarte los triunfos ajenos es propio de mezquinos y de los que poco futuro tienen”. Buscando la excelencia, no la admiración, serás libre.
Posiblemente, el ritmo actual te obligue a asumir más tareas de las que te corresponden o puedes realizar. Y también a sobredimensionar los fracasos, aunque, como explica el coach, “es mejor perder un cliente que ganar una publicidad negativa. Hacer varias cosas simultáneamente y pedir las cosas para ayer (faltando al respeto a la labor ajena), paradójicamente, garantizan el fracaso, la falta de calidad de un trabajo o la vulgaridad del reduccionismo”.
“Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes”
La trampa de lo “políticamente correcto” nos aleja de la sinceridad mediante la retórica. Como asegura Swami, “el cliente antes o después lo averiguará y dejará de comprarte. Tu compañero te pondrá la zancadilla. Se debe ser siempre sincero, pero sin caer en la vulgaridad”.
“Observa lo blanco, pero recuerda que lo negro también existe”
El Taijitu, símbolo por excelencia del taoísmo, integra el yin y el yang porque, como explica Swami, “es imperativo aprender de los errores, porque todo efecto tiene una causa: el blanco no puede existir sin el negro, ni la alegría sin la tristeza”.
“El que todo lo juzga fácil encontrará la vida difícil”
Tanto en la vida como en el trabajo, “la prudencia es una virtud que olvidamos, porque somos esclavos de la impulsividad que es un mecanismo de defensa del ego. Juzgando por doquier, por doquier encontramos obstáculos que alimentan nuestra ira, rencor… Juzgar las apariencias es de necios”