El panteón de Osha-Ifá -Santería- está integrado por deidades que juegan un papel decisivo en relación al equilibrio y la armonía del individuo. El panteón de Osha-Ifá -Santería- está integrado por deidades que representan áreas de la naturaleza. Por ejemplo, un área de la naturaleza que reúne determinadas fuerzas místicas y que tiene un concierto específico de características podría representar al Osha Shangó y así respectivamente hasta agotar a todos los Osha y Orishas conocidos. Los individuos, según sus características materiales-espirituales, vibran en concordancia con algunas de las diferentes áreas de la naturaleza. Un individuo que vibra y que reúne un conjunto específico de características en relación al área de la naturaleza que vibra con Shangó, en el momento de la iniciación, se le aproxima, para estar junto con él en el plano terrenal, el espíritu de un ancestro que en su vida estaba iniciado y su Ángel de la Guarda era Shangó. Aún sin estar iniciado, ese individuo que vibra con Shangó, recibe la irradiación de dicha espiritualidad. En sí los Oshas y los Orishas están relacionados a un área de la naturaleza con determinadas fuerzas místicas, al espíritu de un ancestro y a un individuo, todos los cuales reúnen el mismo concierto de características, matizándose lo místico con la naturaleza y lo humano. Esto resulta complejo para su comprensión porque para entender es menester ubicarnos en la óptica de Osha-Ifá como un sistema religioso diferente y único, en el cual la naturaleza juega un rol vital. Esto explica por qué en un mismo momento pueden haber tantas personas consultando a Shangó o estar poseídos por Shangó en lugares diferentes. Como están relacionados a la naturaleza y a lo humano, estos Oshas y Orishas son muy semejantes al hombre en sus virtudes y defectos. Todos estos Oshas y Orishas acogen al creyente del sistema religioso como a un hijo, con el cual se comunican con la intermediación del oráculo o en una demostración íntima de evidencias para él. Es interesante observar que independientemente del Ángel de la Guarda de cada individuo, al cual se asocian un conjunto determinado de Oshas y Orishas, no se conoce ningún caso en que sea quien fuere el individuo, su Ángel de la Guarda y sus espiritualidades ancestrales, se haya excluido del conjunto de Oshas acompañantes al Osha Elegbara. También Elegbara juega un rol fundamental en el subsistema oracular del Dilogún y en el de Biange y Aditoto. En la iniciación de Osha, la Letra que da Eleguá comienza el signo rector de la vida del iniciado, por lo cual se puede deducir el rol que desempeña Eleguá en la búsqueda del equilibrio y la armonía. En relación a los términos Oshas y Orishas, se les dice Oshas a las deidades que se ponen, durante la iniciación, en una posición del cuerpo humano tan importante como lo es la cabeza y Orishas a los que se ponen sobre un hombro o en ambas manos. Los Oshas y los Orishas tienen cierto orden jerárquico. Para un individuo el Ángel de su Guarda resulta ser el Osha o el Orisha de más relevancia y esto ocurre porque en momentos específicos y en determinadas circunstancias el Ángel de la Guarda es quien sale a defenderlo. Sin embargo, a veces ocurre que es otro Osha u Orisha quien sale a defenderlo ante una situación, por lo que en relación a los individuos y ante determinadas situaciones específicas el Osha o el Orisha que juega un rol más importante no tiene que ser precisamente el que mayor jerarquía posee, sino el que es capaz, por las funciones que desempeña, de poner en un plano favorable esa situación. Se aprecia cierto ordenamiento que consiste en que todos los individuos iniciados tienen Eleguá, Ogún, Oshosi y Osun a los cuales les llama Orisha Oddé o “los guerreros” e independientemente del Ángel de su Guarda todos los individuos iniciados tienen Obatalá, Yemayá, Shangó y Oshún a los que se le llama “Oshas de cabecera”. Este ordenamiento incluye el hecho de que cada individuo iniciado según el Ángel de la Guarda recibe un conjunto específico de Oshas y Orishas que difieren de un Ángel de la Guarda o de otro, por ejemplo:
En este ordenamiento se le llama otros Oshas a Eleguá, Ogún, Oshosi y Oyá y también esta el caso de Agayú y Babalú Ayé que en algunas zonas se consagran como Osha y en otras como Orishas. Son llamados otros Orishas a Orisha Oko, Inle, Olokun, Yewá, Obba, Oduduwa, Osun, Osain, Naná Burukú, Nanú e Iroko todos los cuales pueden ser Ángel de la Guarda y para su consagración se siguen procedimientos especiales combinándolos con algunos de los Oshas existentes y se pueden recibir como objeto de adoración. Además se categorizan como Orishas a Eshu, Oke, Ogué, Ibeyis, Añá, Orí, Orun, Oddé y Abita los cuales no resultan ser Ángel de la Guarda de nadie y Orula asociado a los profundos conocimientos de Osha-Ifá, los cuales también se reciben como objeto de culto. En el caso de Ikú se menciona como un Orisha y Egun como al representante de los difuntos y los ancestros. Ninguna de estas deidades son Ángel de la Guarda ni se reciben como objeto de culto. En relación a Olorun, Olordumare y a Olofin no son mencionados como Oshas ni como Orishas y al referirse a ellos se hace con excepcional respeto y rigurosidad, en el caso de Olofin y Olorun se conoce que se recibe un atributo denominado Igba Odun para Olofin e Igba Olorun para Olorun, los ritos relacionados a Olorun, Olordumare y Olofin están prácticamente restringidos a los Awó ni Orunmila “Olofistas”.