Nkadi a mpemba, lukakansi o lugambe es la fuerza antagónica a la de nsambia y hay quienes en la tradición oral aseguran que era el verdadero Dios de los kongos antes de la colonización o que simplemente ambos forman una dualidad perfecta , lo que sí es cierto que es una de las figuras más misteriosas de la mitología de los bakongos denominado como una entidad cruel y dictatorial en cuya tierra el sol no alumbra nunca! “Son el mismo Diablo”
Los viejos nganguleros atestiguan que si no se pacta con él es imposible neutralizar su fuerza o revertirla y así evitan también su intromisión en la vida cotidiana. “Yo juré KandiMpemba tira Ndioko su cosa mala”
A diferencia de lo que otros creen no existe un nganga “ndoki” y usar la expresión “centella ndoki” no debería ser correcta pues a través del poder de nuestra palabra estaríamos atrayendo la energía de lo malo, (allí seguramente el atraso después de que te rayaron)
Tampoco existe un “tata ndoki” recuerdo que hubo uno hasta en tv…Para nosotros ” mbi” el mal existe y debe ser redireccionado para que no perturbe nuestra paz.
El babalawo en Cuba, al ver que no poseia un poder similar invento “Abbita” y confeccionó un fetiche con cachos muy similar al demonio cristiano, con el fin de aterrar al español que lo dominaba con el crucifijo.
A Kandiampemba se le da “Gato” pues el esclavo temia a los perros, pues cuando se escapaban, eran cazados con perros como el #mastíncubano, un cruce entre
bloodhound, el dogo o #alanoespañol y el #mastín español, estos dos últimos demostraron bravura sobrada en la conquista. Autores británicos hablan de cruza con #bullmastiff, el esclavo diseño un sebo con sangre de gato que distraía a este animal y así podía escapar!
De allí entre los sembradíos y las grandes hojas de plátano podía perfectamente mimetizar está ceremonia por lo tupido de esta planta y pedirle al mismo diablo que le alejara a estos perros y en cambio dejaba un preparado con plátano, aji picante cerdo y sangre de gato.
Cada año vamos al platanal y allí agradecemos “lo malo” redireccionamos esa energía a alguien con el fin que aprenda una experiencia, porque después de los tiempos malo, vienen los buenos.