Lo que debes saber antes de hacerle santo a tu hijo.

A veces nos empeñamos en hacerle ceremonias a nuestros hijos sin darle posibilidad de elección…

Pocos dudan en bautizar a sus hijos a los pocos meses de nacidos, imponiéndoles una religión, de la que ellos mismos dudan profundamente. Siendo el rito del bautizo, el bastión del crecimiento de la religión católica en el mundo, porque es el sacramento más común, y que asegura la continuidad de la creencia y sus instituciones en el corto plazo, hasta que ese niño decide cambiar de religión o simplemente ser “católico no practicante”, como se autodefinen muchos.

En la #Santeria pasa lo mismo, muchos padres llevamos a nuestros hijos a mano de Orula y me parece bien, pero no podemos condenarlos a coronorarse santo, porque me hicieron un 2×1 en los derechos, o porque hay que aprovechar que está barato o cualquier otra imbecibilidad de la.manipulación de los mayores. Con excepciones muy particulares le haría osha a mi hija, y por eso hago ebbó para que estás nunca lleguen.

Imagínate por un segundo que le haces osha a tu hijo de 3 años, perfecto cuando tenga 18 años va a cuestionar porque fue introducido en algo que el no eligió, porque la religión necesita de un método de enseñanza y te puedo asegurar que si tú padrino no te ha enseñado nada, entonces menos aprenderá ese pequeño ser.

Conozco muchos santeros(pocos Paleros) iniciados a una muy temprana edad, que no tuvieron

Personalmente creo que como padres debemos formar a nuestros hijos para ser buenos ciudadanos, no para ser buenos fieles, con la grata fortuna que ambas situaciones no riñen entre sí, aunque hay muchas cosas que son pecados pero no son delitos y viceversa. 

Yo estudié toda la vida en un prestigioso colegio católico de Caracas, Colegio San Agustín y era una ladilla cuando los padres me veían los collares de palo.

Luego en la universidad me inscribí en una materia optativa que se llamaba “Didáctica de la Enseñanza Religiosa Escolar” y encontré unos errores.

En la Educación Religiosa Escolar (ERE) aparecen los siguientes problemas:

1. La materia u objeto de estudio que debe tratar el área.

– En varios establecimientos se continúa confundiendo educación religiosa con catequesis católica, iniciación al islam o lecturas del libro principal y no es raro observar que estos espacios de la clase se utilicen para las ceremonias litúrgicas, las confesiones o las fiestas. Esto empobrece la asignatura, pues se reemplazan espacios académicos y se mezclan con espacios doctrineros y celebrativos, los cuales, en muchos casos, aparecen como obligatorios, lo que trae como consecuencia que estudiantes confundan lo religioso como área de conocimiento con las devociones. En otras instituciones se sigue aprovechando la hora de ERE como momento para preparar a los sacramentos.

– En algunos establecimientos se confunde el área de religión con educación moral. Esta situación llevó a que varios colegios reemplazaran esta área por la de filosofía. En la ERE se muestran los valores morales que la religión propone a la sociedad y le permite a los estudiantes comprenderlos pero no los obliga a que los vivan según una determinada confesión. La formación en valores morales no le corresponde a una sola área sino que es un eje transversal de todo el Proyecto Educativo Institucional o es que acaso no es moral la química, la matemática o la física.

– La educación religiosa en varias instituciones se limita al catolicismo. Sin desconocer una mayoría confesional, este hecho no puede convertirse en el pretexto para desconocer las demás experiencias religiosas presentes en Venezuela y en el mundo, máximo en una sociedad que se ve integrada en procesos de globalización. Es aquí donde el intercambio y el encuentro de experiencias entre colegar de colegios de diferentes confesiones retoma una gran importancia para enriquecer la formación de los profesores del área que no existe.

– La ERE se limita a historia de las religiones. La ERE debe promover la comprensión del fenómeno religioso y su vivencia social. No se puede reducir a una síntesis de historia de las “grandes” religiones que en muchos casos se limita a pobres esquemas y consultas en fuentes generales de carácter enciclopédico. Lo primordial es ayudar al estudiante a entender la dinámica misma de la religión y lo religioso al igual que lo hacen las otras áreas sobre diferentes aspectos sociales y humanos.

2. La formación de los educadores del área:

Luego de varios años de estudiar educación  el perfil del Educador Religioso, encontré en muchos casos graves vacíos teóricos a nivel teológico y de formación en ciencias de la Religión (sociología, antropología, psicología, filosofía) y lo más complicado, algunos educadores religiosos, particularmente en el sector rural, no tienen ninguna formación, ya sea porque vienen de otra área y les completaban horas con religión o porque esta área se cree que es una “costura” y cualquiera puede darla. No existe un título específico de religión; pero la verdad falta mucho camino para lograr el elevar el nivel del área y estos las universidades formadoras de educadores también tiene responsabilidad. Otro problema importante es la desactualización de los docentes y la poca preocupación de algunos por seguir profundizando en su área temática.

3. Los libros y recursos pedagógicos para el área.

En mi experiencia he encontrado educadores que aún continúan utilizando el catecismo del padre Gaspar Astete como libro de cabecera de educación religiosa católica. En otras oportunidades descubro que son los mismos libros de religión católica que les cambian algunas páginas cada año, claro está que esto no se puede generalizar. En muchos sectores, particularmente en el sector oficial y en el campo se carece de verdadero material educativo. Pero ¿con cuál libro vas a enseñar a tu hijo?acaso usarás el monte de lydia Cabrera?¿Cómo se puede avanzar sino se tiene los recursos? ¿Cómo no se van a desanimar tu hijo? De igual forma me parecen limitados los libros que tiene muchos dibujos y fotos pero poco contenido, es aquí donde las universidades con sus investigadores deben apoyar la labor de las editoriales.

4. La no integración de la ERE con otras áreas de conocimiento.

Una educación desintegradora que considera que el conocimiento se puede dividir en casillas independientes y soberanas empobrece una visión holística y real de la vida cotidiana. Esto mismo sucede con la ERE, que en varias instituciones se muestra como una isla sin relación alguna con las otras áreas del conocimiento, esto hace que los estudiantes no le den importancia y en muchas ocasiones la vean como una carga. La pregunta práctica que se hacen es: ¿para qué sirve? y estoy seguro de que los educadores se verán en dificultades para responder. Es necesario que la llamada “formación integral” no sea únicamente un discurso de moda sino un proyecto comprometido con la comunidad educativa en su proceso de comprensión, asimilación y transformación del entorno dentro del cual se encuentra también la religión.

5. Cada confesión tira para su lado.

Los conflictos interconfesionales y los intereses particulares siguen impidiendo un diálogo real entre pedagogos, investigadores, padres de familia, líderes religiosos, políticos y estudiantes. Cada uno quiere su pedazo del pastel pero al final todos quedan con hambre. En la medida que no exista conciencia de que es necesaria la unidad en la diversidad, sin que diversidad signifique aislamiento, enfrentamiento, feudo, nuestros niños, niñas y jóvenes seguirán recibiendo una educación sin la calidad que merece esta área de Religión como dimensión humana.

Con todo ésto expuesto simplemente te demuestro que la enseñanza de la religión está muy distanciada de lo que creemos y si la estructura de la enseñanza católica es caótica con ciento de años en acción , imagina por un segundo como aprenderá tu hijo la regla de osha, no imagino a un profesor tratando de explicar la filosofía Ifa cuado apenas dice ” moyumba” en vez de mouyugba.

Permite que tu hijo elija y sea la diferencia de las nuevas generaciones de religiosos y no obligues a matar la fé de alguien que puede venir mañana a enseñarla.

Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad, si le damos unos valores espirituales mediocres, tendremos un ser vacío y carente espiritualidad.

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