El éxito no es para impacientes

Hace ya un par de años tuve una valla en el #estadioquisqueya Quisqueya!

Eso que ves atrás es uno de mis #negocios se llama #Evolution360
@evo_360 … Y justo está encima de la barra de una de las marcas de whisky más conocidas del mundo …
Pero no solo ésto, también monte un centro de entrenamiento en uno de los lugares más exclusivos de #SantoDomingo en la Av Lincon/Pastoriza.
Y por si fuera poco me metí como preparador físico en el #dogout de los leones del escogido.
He trabajado, con modelos, fuerzas especiales, he ganado reconocimiento nacional e internacional y llevo proyectos increíbles. Soy el SPORT COACH de una prestigiosa marca norteamericana y mi crecimiento en los últimos años ha Sido exponencialmente divertido.

Pero no siempre fue así, hace 5 años estaba en el peor momento económico de mi vida, apenas tenía un cuadril de pollo para comer para mí esposa y mi hija durante 15 días… Me vas a preguntar¿Y todos estos años tus santos y muertos te tuvieron pasando roncha? Ser religioso es como sembrar #bambu.Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la #semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la #planta de bambú crece
¡más de 30metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer?

No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de #raíces que le permitirían sostener el #crecimiento que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.

Y ahora te pregunto: ¿Cómo van tus raíces?

Estás regando a diario esa semilla con acciones o te paras impaciente frente a la semilla sembrada, y gritas con todas sus fuerzas: ¡Crece, maldita sea!

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