Este piso que ves es una obra de arte, se llama #Cromointerferencia de #CruzDiez y está en todo el piso del aeropuerto internacional»Simón Bolívar» #Venezuela.
Todos los días me escriben personas diciendo: «Mis padrinos se fueron del país» y por dentro yo pienso » Muchos de mis ahijados se han ido» Mi ILE está desbaratado ya son pocos los ahijados que se han quedado en el país. Tengo afectos regados por todo el mundo y hoy se fué otro de mis buenos muchachos.
Cada año hacemos una ceremonia el mismo 31 de diciembre en el munanzo y lo que hace unos años atrás se resolvía alquilando un salón de fiestas por la cantidad de personas, este año apenas unos 4 estaremos allí.
Mis #ahijados son mi familia, Los amo y los extraño, pero vivimos en países diferentes y nuestras cotidianidades nos separan. No los juzgo, no los critico. Por mí, aquí siempre podrán escribir y preguntar alguna corredera que ellos no puedan resolver así tenga meses o años sin saber de ellos.
No tengo una fábrica de ahijados, quienes han pasado por nuestro cabildo sabe que lo nuestro es edificar y ese principio apartó al showsero, al arribista, al chismoso , al débil de carácter, incluso al fanático. Y hemos quedado con los que día a día, palo a palo se han hecho hombres y mujeres de bien. Pero se me fueron y se me van.
No quiero convencer a nadie de que se quede, tampoco de que se vaya. Lo que uno no puede hacer es huir de uno mismo. Y ese “uno mismo está ligado inexorablemente al «somos»
Hoy mientras venía orgulloso de ver a ese padre de familia enrumbarse con sus dos hijos a un nuevo destino a encontrarse con la mamá de esa familia, pensaba: ¿Quién va a contar esta historia? ¿Quién va a escuchar los cuentos de los tatas viejos? Y si todos nos vamos ¿quién cuenta el cuento de esta generación?
Buen lumbo Tata!
Dios bendiga a todos mis ahijados y que la protección de mis muertos me los cobije hasta donde estén.