Los factores que afectan el desarrollo de un trabajo ritual son muy numerosos. Si sus prácticas mágicas nunca dan buenos resultados o tienen un efecto breve, es hora de revisar su forma de trabajo.
Hay una realidad que todo mago profesional o aficionado sabe: “los trabajos mágicos no siempre salen bien”. Cuando los hechizos fallan, no hay que enojarse, sino, por el contrario, regresar al punto de partida y examinar cada parte del hechizo que se ha realizado, desde el objetivo que lo motivó hasta el procedimiento, en busca de indicios acerca de lo que no se hizo bien.
Como todas las actividades que se realizan con seriedad y compromiso, sólo triunfa quien es perseverante y se preocupa por mejorar. Sin embargo, es posible eliminar algunos factores de riesgo, ya que existen circunstancias específicas que atentan contra el éxito de los hechizos.
LOS ERRORES MÁS FRECUENTES SON:
- Falta de definición del objetivo que impulsa a la realización del trabajo mágico.
- Posibilidades de que los efectos del rito dañen a otra persona.
- Omisión de un paso necesario en la elaboración del ritual.
- Herramientas de trabajo en mal estado o con energía negativa.
- Poca disposición anímica.
- Mala elección del momento para trabajar.
LA ACTITUD INTERIOR
Ningún hechizo puede dar buenos resultados si quien lo practica no respeta el fundamento de la magia. La base de toda actividad esotérica es el perfeccionamiento del espíritu, su desarrollo y evolución. Y esto debe dar sustento a los hechizos desde el principio y hasta el final. Más allá del objetivo concreto que los impulse a efectuar un ritual, detrás de ese deseo debe existir una aspiración superior; transformarnos interiormente y evolucionar de tal modo que el Universo entero obtenga un beneficio
7 PASOS PARA QUE NO FALLE UN HECHIZO
Las siguientes son las claves básicas que hay que respetar al hacer un conjuro o cualquier otro tipo de ceremonia mágica de tipo ritual. Si les suma, a ellas, la firme voluntad y el deseo de que el objetivo se haga realidad y, si, a su vez, el objetivo es positivo; usted tiene garantizado el éxito de su ritual .
1. Definir bien el objetivo mágico.
Parece algo obvio, pero muchas veces, los hechizos fracasan porque la energía mágica no está bien dirigida. Lo que causa esa dispersión de fuerzas es la mala definición del propósito que impulsa a alguien a practicar un ritual. Antes de comenzar a trabajar, usted debe saber con exactitud qué es lo quiere obtener. Exprese en una sola frase, clara y coherente, cuál es ese deseo.
2. Discreción
Guardar silencio es una costumbre mágica tradicional que ayuda a proteger la energía que se pone en los hechizos. Hay un proverbio esotérico que enseña que “el poder compartido es poder perdido”. Es conveniente guardar los objetivos mágicos para uno mismo, ya que, de este modo, es posible centrar la energía en ellos. Por otro lado, un verdadero mago jamás alardea de su actividad ni de su éxito.El hecho de hablar de sus rituales, aunque sea de manera informal, a la persona equivocada, puede atentar contra su resultado. La discreción es un atributo porque es una forma de obtener mayor poder y disciplina.
3. Definir cuándo hacer el hechizo y la ética del trabajo
Elegir el momento oportuno para practicar un ritual es un paso fundamental, debido a que, muchas veces, determina el éxito del mismo. En términos ideales, la magia debe practicarse siempre cuando se necesita, porque es entonces cuando las conexiones emocionales son mayores. Pero, una variable fundamental es prestar atención a las fases de la Luna. Otro punto importante es definir la ética del trabajo, ya que las finalidades malignas no están dentro de la magia blanca.
4. Reunir el equipo necesario y acondicionar el área de trabajo.
Planificar un ritual es como querer hacer una torta. Es fundamental tener todos los elementos necesarios con antelación, porque no se puede salir en la mitad de la práctica a comprar un producto, dado que se echaría a perder todo el ritual. Lo mismo ocurre con el lugar elegido para la práctica; éste debe ser un sitio tranquilo, apartado y con buena energía mágica.
5. Generar energía mágica positiva.
El ser humano es una esponja de energía que da y recibe, y cuando está irritable, agobiado, o con cualquier otro sentimiento negativo se llenas de malas vibraciones que a su vez interrumpen la secuencia cíclica de las cosas. Es importante tener la mente y el espíritu saludable para alejar la mala energía que lo circunda.
El ser humano es una esponja de energía que da y recibe, y cuando está irritable, agobiado, o con cualquier otro sentimiento negativo se llenas de malas vibraciones que a su vez interrumpen la secuencia cíclica de las cosas. Es importante tener la mente y el espíritu saludable para alejar la mala energía que lo circunda.
6. Efectuar las acciones físicas que requiere el hechizo
Cada hechizo tiene sus particularidades: en algunos, hay que realizar pases mágicos y en otros algunos rezos o movimientos puntuales. Lo importante es practicarlos con anterioridad para que en el momento del ritual salgan bien y no sienta que está improvisando.
7. Ponerle fin al trabajo
Una vez finalizado el trabajo mágico, se lo debe “cerrar”. Este punto suele omitirse y es un grave error. Es como dejar abierta la puerta de la casa. Cuando realice un hechizo, termínelo con la expresión tradicional “Así sea”, o con otras palabras o sonidos que indiquen que se pone fin a la proyección de energía